ALBERT EINSTEIN SÍ CREÍA EN DIOS
"La dedicación a la ciencia conduce a un sentimiento religioso un tanto especial", escribió a una niña que le preguntó si los científicos rezan.
Esta frase es del científico Albert Einstein: "Todo aquel que está seriamente comprometido con el cultivo de la ciencia, llega a convencerse de que en todas las leyes del universo está manifiesto un espíritu infinitamente superior al hombre, y ante el cual, nosotros con nuestros poderes debemos sentirnos humildes”.
Ahora, esta frase pronunciada por el fundador de la física contemporánea con su Teoría de la Relatividad, premio Nobel de Física en 1921, cobra aún más relevancia con el contenido de una carta con la que daba respuesta a una niña que le hizo la siguiente pregunta: "¿rezan los científicos?".
Según una información publicada en el diario La Vanguardia el pasado 1 de diciembre con el título Las diez cartas más sorprendentes de la historia, en el breve escrito que Einstein dirige a la niña, el científico afirma que "la dedicación a la ciencia conduce a un sentimiento religioso un tanto especial".
La creencia en un "espíritu superior"
Así pues, fruto de ese sentimiento, añade que quien se dedica "seriamente" a la ciencia "termina convencido de que algún espíritu se manifiesta en las leyes del universo, un espíritu muy superior al del hombre".
Estos son algunos de los fragmentos de esa carta, que data del 24 de enero de 1936, reproducidos por La Vanguardia sobre lo que Einstein contestó a la niña y que apunta a que el científico sí creía en Dios:
"Estimada Phyllis: (…) Los científicos creen que todo cuanto sucede, incluidos los asuntos de los seres humanos, se debe a las leyes de la naturaleza. Por consiguiente, un científico no tenderá a creer que el curso de los acontecimientos pueda verse influido por la oración, es decir, por la manifestación sobrenatural de un deseo. /
No obstante, hemos de admitir que nuestro conocimiento real de esas fuerzas es imperfecto, de manera que, al final, creer en la existencia de un espíritu último y definitivo depende de una especie de fe. Es todavía una creencia generalizada incluso ante los logros actuales de la ciencia. /
Al mismo tiempo, todo aquel que se dedica seriamente a la ciencia termina convencido de que algún espíritu se manifiesta en las leyes del universo, un espíritu muy superior al del hombre. Así, la dedicación a la ciencia conduce a un sentimiento religioso un tanto especial, sin duda muy diferente de la religiosidad de alguien más cándido. / Saludos cordiales, A. Einstein”.
Las diez cartas más sorprendentes de la historia son sólo una muestra de las Cartas memorables (Editorial Salamandra), una selección de más de cien misivas, tanto de gente anónima como de personajes célebres, que ha seleccionado el inglés Shaun Usher (St.Albans, 1978), un coleccionista de la correspondencia y responsable del blog Letters of Note.
En el libro aparecen escritos que van desde la reina Isabel II a Groucho Marx, pasando por Jack el Destripador, Fidel Castro, el sobrino de Hitler, Dostoievski, Charles Darwin, Mick Jagger, Leonardo da Vinci o el propio Einstein.
Quien lea ese libro se encontrará todo tipo de géneros: tragedia, por ejemplo en la carta en que Virginia Woolf le anuncia a su marido que se ha suicidado; recetas de cocina, como la de los bollitos que la reina Isabel II le envía al presidente de Estados Unidos, Eisenhower; divulgación científica, en la carta en que el científico Francis Crick le anuncia a su hijo el descubrimiento de la estructura del ADN, e incluso una solicitud de empleo, nada menos que de Leonardo da Vinci.
El texto reivindica, en la era del correo electrónico, el valor de la vieja institución de la carta, ya sea a mano, a máquina e incluso impresa desde un ordenador. La obra, de gran formato, incluye fotografías y reproducciones de las cartas.
ALBERT EINSTEIN
Agnès Pinard Legry | Mar 14, 2018
Fundador de a teoría de la relatividad y premio Nobel de Física en 1921, Albert Einstein nació un 14 de marzo de 1879. Con motivo del aniversario de su nacimiento, la redacción de Aleteia ha seleccionado diez frases inspiradoras del científico.
Físico estadounidense nacido en Alemania, Albert Einstein es considerado uno de los más grandes científicos del siglo XX. Aunque su teoría de la relatividad ha revolucionado la Física, su genio no se queda ahí.
Profundamente creyente, Albert Einstein también impresionó a mentes y corazones con la profunda fe que lo motivaba, así como con su habilidad para maravillarse y cuestionarse a sí mismo.
En el aniversario de su nacimiento, la redacción de Aleteia os invita a redescubrir a este hombre a través de diez de sus citas.
Artículo originalmente publicado por Forum Libertas
“La ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega”. Public Domain
“Es en el arte supremo del profesor despertar la alegría dentro de la expresión creativa y del conocimiento”. Norbert Perrau / Ina Norbert Perrau / Ina.
“Sacrificarse al servicio de la vida es una gracia”. Public Domain.
“El que no puede experimentar ni asombro ni sorpresa está, por decirlo así, muerto: sus ojos están apagados”. Public Domain.
“No intentes convertirte en un hombre de éxito, sino en un hombre de valor”. Public Domain.
“La escalera de la ciencia es el escalón de Jacob, no se termina sino a los pies de Dios”. Public Domain.
“La experiencia más hermosa que podemos tener es la sensación de misterio. Quien jamás ha conocido esta emoción tiene los ojos cerrados”. Public Domain.
“El valor de un hombre reside en su capacidad de dar y no en su capacidad de recibir”. Public Domain.
Sólo hay dos maneras de vivir tu vida. Uno de ellos es como si nada fuese un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro”. Public Domain.
“El azar es el camino que utiliza Dios cuando actúa de incógnito”. Public Domain