top of page

LA POLÍTICA Y LAS PERSONAS

  • Jaime Rodríguez-Arana
  • 24 jul 2018
  • 1 Min. de lectura

La política debe ser entendida como el trabajo al servicio objetivo del interés general, al servicio de los derechos de los ciudadanos, especialmente de los más desfavorecidos. Por eso, podemos convenir en que existe una dimensión ética fundamental en la propia actividad política que interesa rescatar. Desde luego, el gobierno de los sabios o la consideración de la acción del gobierno como una suerte de elucubración teórica de intelectuales nada tienen que ver con la médula de un trabajo, el político que se justifica en la medida en que los derechos de los ciudadanos, especialmente de aquellos excluidos o abandonados a su suerte, brillen con luz propia. Algo, sin embargo, que la ciudadanía, cada vez es cuestionada sobre ello no parece muy convencida de que la realidad sea así.


LEER MÁS






Archivo
bottom of page